“El sentido del pensamiento” de Markus Gabriel (Pasado & Presente, 2019)

Pensarás quizás, que este podcast es un poco de Markus Gabriel, y quizás tengas algo de razón. Hemos hablado ya de unos cuantos libros de él, desde el final de la primera temporada, y lo seguimos haciendo. Ya dije entonces, que a mi juicio se trata de un faro en el panorama filosófico actual, y lo sigo manteniendo.

En este caso, Gabriel presenta El sentido del pensamiento como una culminación de la trilogía formada por Por qué el mundo no existe y Yo no soy mi cerebro, aunque no sea imprescindible haber leído los dos anteriores para seguir los argumentos de este; sí es deseable, para tener una mirada más profunda de ellos.

Gabriel asume una definición de la filosofía que la entiende como “una ciencia que reflexiona sobre el pensamiento”, y este en una dimensión sensorial y creativa. En este sentido, el pensamiento, como objeto de este libro, es el punto de encuentro de los objetos de los dos libros anteriores: el mundo y el yo.

Más allá de esta mapa conceptual que vincula los tres libros, hay un hilo conductor que se repite en todos, y que en este aparece ya en el prólogo: su combate contra el naturalismo imperante en la actualidad, que recordemos, es la pretensión de que toda la realidad puede ser comprendida y explicada con los instrumentos de la ciencia y a partir del dominio tecnológico. Y junto a ello, la idea de que el ser humano puede ser superado, tal y como lo defiende en la actualidad el poshumanismo y el transhumanismo, confiando esa superación al desarrollo tecnológico y a la revolución digital.

Una multiplicidad de crisis, o una crisis multifacética, es el punto de partida de esta obra que asume una tarea concreta en el momento actual, cuando diferentes capas que se implican entre sí, están en crisis: la ética, el sistema de valores, entra en crisis, cuando también entra en crisis el suelo sobre el que se apoya, que es la imagen y el concepto que tenemos del ser humano. Por eso, el filósofo alemán aboga por un nuevo humanismo ilustrado, contra una imagen falsa que tenemos hoy de nosotros mismos.

En la introducción, Gabriel anuncia dos leyes antropológicas a partir de las cuales elabora su obra: 1. el ser humano es el animal que rechaza su propia condición. 2. El ser humano es un ser espiritual libre. En ella también se despeja algo la ambigüedad simbólica del título: cuando Gabriel habla de sentido del pensamiento, habla en primer lugar del pensamiento como un sexto sentido junto al oído, la vista o el olfato. De hecho, es el sentido mediante el cual exploramos el infinito, para poder representarlo incluso matemáticamente. Esta premisa, entre otras cosas, le permite desarrollar su argumento contra la posibilidad de reproducir sintéticamente, de forma artificial, el pensamiento humano, porque de hecho es ya en sí mismo una inteligencia artificial.

En el cuerpo central del texto se desarrollan todas estas cuestiones, y se ofrece salidas a los callejones metafísicos y epistemológicos a los que la modernidad y la posmodernidad nos han llevado. El ensayo funciona a modo de aluvión, donde se van acumulando ideas, que después se van relacionando entre ellas. El primer capítulo titulado “la verdad sobre el pensamiento” está dedicado a introducirnos en cuestiones de epistemología de forma muy sencilla; el segundo, a asuntos muy interesantes en torno a la mente y la Inteligencia Artificial, en el tercero se añaden implicaciones de la revolución digital, en el cuarto se establece diálogos muy interesantes entre disciplinas, como la filosofía del lenguaje, la teoría del conocimiento y la filosofía de la conciencia; el quinto y último es una brillante síntesis, que se erige con fuerza contra lo que Gabriel descubre en el poshumanismo: “el intento de eliminar al ser humano”. Unas conclusiones finales nos ponen frente a la crisis de identidad y crisis moral de Europa, y la necesidad de elaborar una filosofía europea que nunca se ha hecho.

Como en otros libros de Gabriel publicados en Pasado & Presente, entre la bibliografía y el índice onomástico, el texto se acompaña de un glosario final, muy generoso, de casi 20 páginas. Una herramienta para “no profesionales” de la filosofía, pero también para que podamos descubrir los matices de la postura de Gabriel en diferentes cuestiones tratadas en el libro.

Estamos quizás, ante el libro más redondo y rotundo de Gabriel, a falta de abordar su última novedad traducida a nuestra lengua, Ética para tiempos oscuros que prácticamente ya se anuncia en estas páginas (“el nuevo realismo tiene un mandato moral”). Es en efecto, la culminación de una etapa en su pensamiento, y el punto de partida para otra que nos aguarda, y que debemos seguir con mucha atención.

Diego Civilotti – 25/03/2021