“Soledades. Una cartografía para nuestro tiempo” de (eds.) Melania Moscoso y Txetxu Ausín (Plaza y Valdés, 2021)

La insociable sociabilidad (ungesellige Geselligkeit) del ser humano apela en Kant a una ética que hunde sus raíces en la antropología moderna. Desde esa perspectiva, pensar la soledad implica afrontar las grandes cuestiones éticas de la modernidad, aunque todo ello tenga a la vez derivaciones políticas, sociológicas o psicológicas. 

Eso es lo que estudia este reciente volumen colectivo, editado por dos especialistas en Ética Aplicada del CSIC, profesores en la Universidad del País Vasco; Melania Moscoso y Txetxu Ausín. Este se propone analizar el fenómeno de la soledad desde tres ejes enfocados en la actualidad: el auge del individualismo, la crisis de los cuidados en una desigualdad y precariedad creciente y la ambivalente relación con las tecnologías digitales. 

Como todo volumen colectivo, se trata de una colección de 11 estudios muy heterogéneos por enfoque, estilo y alcance. En primer lugar, una introducción que pone las cartas sobre la mesa, haciendo referencia a la búsqueda de “una visión poliédrica de la soledad”, sirviéndose para ello, además de la filosofía, de la antropología, la bioética, la literatura… y resumiendo los aspectos cuantitativos y cualitativos que se estudian a lo largo del volumen. 

Tras un segundo capítulo (“Fundamentos epistémicos y éticos del concepto de soledad”) centrado en el análisis del lenguaje, el tercero de los capítulos se apoya en la sociología de Émile Durkheim para poner el enfoque en la soledad como pérdida y carencia en la tensión, propia de la modernidad, entre individuo y sociedad. Le sigue un largo cuarto capítulo que pone el foco en el concepto de cuidado desde la perspectiva de género, y un quinto que analiza la percepción de la soledad, en culturas individualistas y colectivistas, desde la perspectiva de los estudios transculturales. Elaborado más desde lo cuantitativo, el sexto estudio desarrolla una reflexión bioética y política sobre el impacto de la soledad en la salud, analizando factores determinantes del contexto sociopolítico. Lo acompaña muy bien el séptimo, dedicado específicamente al fenómeno en las ciudades y a las lógicas políticas y económicas de gestión del espacio, y el octavo, que estudia su proyección en los espacios virtuales y la interacción en las redes sociales. 

Finalmente, el noveno capítulo se sirve de la privación social forzosa, aplicada en la psiquiatría infantojuvenil desde el concepto de “contención física”, para hablar de la soledad forzosa, mientras el décimo estudio analiza cómo afecta la soledad a las personas con discapacidad. El último episodio se distingue de todos los demás, proporcionando con inteligencia elementos de análisis desde la ficción y la teoría narrativa, valiéndose de la creación de sentido que ha llevado a cabo el cine y la literatura que ha tratado la soledad.   

En suma, un volumen con una gran orientación práctica alimentada por los trabajos de campo, pero con un enorme potencial para alimentar la reflexión ética y filosófica frente a un fenómeno cada vez más extendido.

Diego Civilotti – 02/06/2022