“El libro del porqué. La nueva ciencia de la causa y el efecto” de Judea Pearl y Dana Mackenzie (Pasado & Presente, 2020).

Judea Pearl es profesor en Ciencias de la Computación y Estadística y director del Laboratorio de Sistemas Cognitivos en la Universidad de California en los Ángeles. Tiene trabajos de relevancia en el campo del cálculo de probabilidades y la estadística, y la aplicación de todo ello en la Inteligencia Artificial (IA) le valió ganar el Premio Turing en 2011.

Si hablamos de este libro en FdB es porque además de estas cuestiones que atañen a la IA, la estadística y las ciencias de la computación, Pearl elabora reflexiones que tienen importantes implicaciones filosóficas, y que las podríamos situar tanto en la teoría del conocimiento como en la metafísica o la filosofía del lenguaje. Esta obra audaz y provocadora, aborda el significado de la causalidad, la inteligencia o la probabilidad, y por lo tanto atañe a cuestiones clásicas de la filosofía occidental.

El gran hilo conductor del texto es lo que el autor denomina la Revolución Causal; es decir, la posibilidad de desarrollar un lenguaje formal capaz de expresar el pensamiento causal, que tradicionalmente ha estado rodeado de misterio o como mínimo de la imposibilidad de expresar la relación entre causa y efecto de forma rigurosa y en términos matemáticos. Pearl sostiene que es posible y que esta revolución ha nacido en el ámbito de la IA , que ha vivido un importante desarrollo en las últimas décadas. En este sentido, la propia IA permite pensarnos y pensar sobre la propia estructura de la mente, sobre qué es y cómo funciona.

Hay una serie de escollos para que pueda desarrollarse esta ciencia y lenguaje de la causalidad, uno de los cuales -el más importante, según Pearl- es el datocentrismo. Es decir, la creencia de que los datos, los macrodatos (Big Data) van a proporcionarnos por sí mismo todas las soluciones, cuando los datos, como recuerda Pearl, carecen de inteligencia. Y ello precisamente cuando esta nueva ciencia puede tener una influencia decisiva en la ciencia de los datos.

Lo que está planteando El libro del porqué es la superación de la estadística clásica, que simplemente acumula datos sin ser capaz de preguntarse acerca de la relación de causa y efecto de dos variables que sólo se relacionan y se asocian entre sí. Una de las aportaciones más interesantes del libro se encuentra en el capítulo 8, y es la que trata los contrafactuales, esto es, todos los mundos posibles que se hubieran configurado si las cosas hubieran sucedido de una manera diferente (todas las proposiciones que comienzan con la expresión “y si…”). Esto reposa precisamente en la capacidad humana para imaginar mundos posibles y alternativas diferentes, de nuestra condición de seres libres. Todo aquello que pensamos -y nos tortura incluso- cuando valoramos las decisiones que podríamos haber tomado, las palabras que podríamos haber elegido decir. Las reacciones que podríamos haber tenido.

Es inmensa la cantidad de aplicaciones que podría llegar a tener un análisis científico o una formalización matemática de los contrafactuales. Una de las conclusiones y apuestas más polémicas y sugerentes del libro es precisamente la de aplicar los contrafactuales a la IA. Máquinas capaces de “pensar” con contrafactuales; es decir, que llegaran al último peldaño de lo que Pearl llama la Escalera de la Causalidad, donde se encuentra la mente humana.

Diego Civilotti – 03/12/2020