“Jürgen Habermas. Una biografía” de Stefan Müller-Doohm. Trotta, 2020.

La figura del intelectual ha caído en gran descrédito. Por una parte, podríamos remitirnos al clásico de Julien Benda La traición de los intelectuales, donde se venía demostrar que aquellos que tenían que ser discípulos de Sócrates, habían puesto sus ideas y su entramado conceptual y filosófico al servicio de luchas políticas, y especialmente al servicio del poder, subordinando la razón a intereses o pasiones particulares.
Pero por otra parte, existe una dimensión interesante de esta figura, y es el hecho de que personas que han dedicado su vida a la actividad intelectual y a la creación de conceptos para pensar la realidad, no se escondan en su torre de marfil, a salvo de todo, y se atrevan a participar en la tribuna pública, porque no son indiferentes a los problemas de su época. Hoy podemos decir que Jürgen Habermas, filósofo alemán que este verano ha cumplido 91 años, es y ha sido sin duda un gran intelectual.


Como ya había hecho antes con Theodor W. Adorno, Stefan Müller-Doohm se muestra como un biógrafo perspicaz en esta biografía del pensador alemán, publicada hace seis años en alemán -en ocasión del 85º aniversario de Habermas- y traducida ahora en Editorial Trotta por Alberto Ciria. Una empresa nada sencilla, la de abordar una figura tan difícil de abarcar y uno de los filósofos vivos de mayor envergadura e influencia, así como testimonio vivo de parte del siglo XX alemán y europeo. Müller-Doohm nos presenta un Habermas al que no le ha importado volver a la caverna y participar del debate público. Algo que hizo desde muy joven, ya en 1953 especialmente con un artículo incendiario sobre Heidegger y su legado.


Una de las imágenes de Habermas que ha hecho fortuna en base a su actividad ha sido la de polemista que se ha erigido en defensor de la modernidad ilustrada (contra sus “enemigos”, con particular atención en su célebre El discurso filosófico de la modernidad) y una voz de la conciencia de Europa. Por eso desde el prólogo la biografía presta atención a este Habermas, confrontando sus ideas con la Escuela de Frankfurt. Müller-Doohm se pregunta cómo llegó Habermas a ser el filósofo de la razón comunicativa que a la vez se convirtió en un influyente intelectual público. En ciertos momentos, el texto deviene una antología de todas las opiniones que Habermas ha pronunciado sobre acontecimientos políticos de todo tipo (la unificación alemana, la Unión Europea, la guerra de Kosovo, el terrorismo internacional…). Más allá de eso, hay pasajes interesantes para entender determinados conceptos en su pensamiento y calibrar ciertas influencias.

Los innumerables apéndices al final lo convierten además en un volumen de referencia para cualquiera que se quiera acercar a la figura de Habermas. Y en suma, un libro excelente para pensar la dimensión pública del filósofo y el presente y el futuro de esa figura en crisis, tan occidental, que es el intelectual.

Diego Civilotti – 08/10/2020